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World After (Penryn & the End of Days, #2) by Susan Ee

                      Primer Capítulo

Todos piensan que estoy muerta.

Descanso la cabeza en el regazo de mi madre sobre la cama de un gran camión. La luz del amanecer alumbran las líneas de dolor en la cara de mi mamá mientras el estruendo de los motores vibra a través de mi cuerpo. Somos parte de la caravana de la resistencia. Media docena de camiones militares, camionetas y SUVs del ejercito pasa a través de San Francisco. En el horizonte detrás de nosotros, el nido de los Ángeles todavía arde en llamas después de la huelga de la resistencia.Los periódicos cubren escaparates a lo largo de la carretera, un corredor de recordatorios del gran ataque. No tengo que leer los periódicos para saber lo que dicen. Todo el mundo estaba hablaba de las noticias durante los primeros días, cuando todavía estaban informando los reporteros.

PARÍS EN LLAMAS, NUEVA YORK INUNDADO, MOSCÚ DESTRUIDO ¿QUIÉN LE DISPARÓ A GABRIEL, EL MENSAJERO DE DIOS? LOS ÁNGELES TAMBIÉN SON ÁGILES PARA LANZAR MISILES LÍDERES NACIONALES DISPERSOS Y PERDIDOS EL FINAL DE LOS TIEMPOS

Quien nos dirigen son tres calvos envueltos en sábanas grises. Tienen teñido uno de los cultos Apocalípticos. Entre las bandas callejeras, los cultos y la resistencia, me pregunto cuánto tiempo pasará antes de que todo el mundo sea parte de un grupo u otro. Ni siquiera el fin del mundo puede impedirnos querer pertenecer a algo, supongo.Los miembros del culto hacen una pausa en la acera para vernos pasar en nuestro camión lleno de gente.Teniendo en cuenta a familia, debemos lucir pequeñas — sólo una madre asustada, una adolescente con cabello oscura y una niña de siete años sentada en una cama de un camión lleno de hombres armados. En cualquier otro momento, hubiéramos sido ovejas en compañía de los lobos. Pero ahora, tenemos lo qué las personas podrían llamar "presencia".Algunos de los hombres en nuestra caravana usan camuflaje y sostienen rifles. Algunos hombres todavía dirigen sus ametralladoras hacia el cielo. Algunos son de las calles con tatuajes caseros de pandillas hechos con quemaduras infligidas a sí mismos que marcan a cuantos habían matado.Aun así estos hombres están bastante lejos de nosotras para mantener una distancia segura.Mi madre sigue meciéndose hacia delante y atrás como lo hecho la última hora desde que dejamos el nido explotando, cantando en su propia versión en varias lenguas. Su voz se eleva y baja como si estuviera teniendo una fuerte discusión con Dios. O tal vez el diablo.Una lágrima cae de su barbilla y aterriza en mi frente, y sé que su corazón se esta rompiendo. Rompiendo por mí, su hija de 17 años de edad, cuyo trabajo era cuidar a su familia.En cuanto le concierne, soy sólo un cuerpo sin vida traído a ella por el diablo. Probablemente nunca será capaz de borrar la imagen de mi yaciendo flácida en brazos de Raffe con sus alas de demonio iluminadas por las llamas.Me pregunto qué pensaría si alguien le dijera que Raffe era en realidad un ángel a quien han engañado para tener alas de demonio. ¿Sería más extraño que le dijeran que no estoy muerta sino que sólo he sido picada por un monstruo de escorpión-Ángel lo que me llevó a una extraña parálisis? Pensaría que esa persona está tan loca como ella.Mi hermana pequeña se sienta en mis pies aparentemente congelados. Sus ojos me miran fijamente sin comprender y su espalda está perfectamente recta a pesar del movimiento de la camioneta. Es como si Paige se hubiera apagado.Los hombres rudos en el camión sigue lanzándole miradas, como niños que espían desde sus mantas. Parece una muñeca magullada y remendada de una pesadilla. Odio pensar sobre lo que podría haberle pasado a para hacerla así. Una parte de mí desea saber más, pero otra parte de mí está contenta de que no lo sepa.Tomo aire. Voy a tener que levantarme tarde o temprano. No tengo más remedio que enfrentar el mundo. Yo estoy completamente descongelada ahora. Dudo si podría pelear o algo, pero por lo que puedo decir, que debería ser capaz de moverme.Me siento.Creo que si realmente pensara lo que hago, habría estado preparada para los gritos.Entre los cuales estaba mi madre. Sus músculos se endurecieron de puro terror, sus ojos increíblemente abiertos.

—Está bien—, dije. —Está bien—. Mis palabras suenan roncas, pero estoy agradecida de que no sueno como un zombi.Sería divertido excepto por la idea que aparece en mi cabeza: ahora vivimos en un mundo donde alguien como yo podía ser asesinado por ser un bicho raro.Levanto mis manos en un gesto tranquilizador. Decir algo para tratar de tranquilizarlos, pero se pierde en los gritos. El pánico en una pequeña área como una camioneta aparentemente es contagioso.Los otros refugiados se aplastan unos contra otros mientras se empujaban hacia la parte trasera del vehículo. Algunos de ellos parecen dispuestos a salir del vehículo en movimiento.Un soldado con grasosos granos apunta su rifle a mí, aferrándose a el como si estuviera punto de hacer su primera y horrible matanza.Había subestimado totalmente el nivel de primitivo temor arremolinándose alrededor de nosotros. Han perdido todo: su familia, su seguridad, su Dios.Y ahora, un cadáver reanimado viene a ellos.

—Estoy bien—, dije lentamente con tanta claridad como pueda. Tengo intención de convencerlo de no hay nada sobrenatural en mi.

—Estoy viva.Hay un momento cuando no estoy segura si se relajaran o me lanzaran de la camioneta con una disparo. Todavía tengo la espada de Raffe atada a la espalda, sobre todo escondida debajo de mi chaqueta. Eso me da algo de consuelo, aunque obviamente no puede parar balas.

—Vamos—. Mantengo mi voz suave y mis movimientos muy lentos. —Sólo estaba noqueada. Eso es todo.

—Estabas muerta—, dice el soldado pálido, que no se ve ni un día mayor que yo.Alguien golpea el techo del camión.Todos saltamos, y tengo suerte que el soldado no apretara accidentalmente el gatillo.Las ventanas traseras se abren y la cabeza de Dee entra. Luce severo excepto que es difícil tomarlo muy en serio con su pelo rojo y pequeñas pecas.

—¡Hola! Aléjense de la niña muerta. Es propiedad de la resistencia.

—Sí—, dice a su hermano gemelo Dum desde dentro de la cabina.

—La necesitamos para autopsias y otras cosas. ¿Creen que princesas asesinadas por demonios son fáciles de encontrar?— Como de costumbre, no puedo distinguir a los gemelos, así que aleatoriamente asigno a Dee para uno y Dum para el otro.

—No maten a la chica muerta—, dice Dee.

—Estoy hablando con usted, soldado—. Se señala al tipo con el rifle y mira. Uno pensaría que lucir como dobles de Ronald McDonalds con apodos como Tweedledee y Tweedledum podría despojarlos de toda autoridad. Pero de alguna manera, estos tipos parecen tener un talento para ir de una broma a mortal en un santiamén.Al menos, espero que estén bromeando sobre la autopsia.

El camión se detiene en un estacionamiento. Eso aleja la atención de mí mientras todos miramos alrededor.El edificio delante me es familiar. No es mi escuela, pero es una escuela que he visto muchas veces. Es escuela de Palo Alto, conocida cariñosamente como Paly High.Media docena de camiones y SUVs paran en el estacionamiento. El soldado aún no me quita un solo ojo de encima, pero baja su rifle a un ángulo de 45 grados.Mucha gente nos mira mientras el resto de la caravana pequeña se detiene en el estacionamiento. Todos me vieron en los brazos de la criatura alada demonio que en realidad era Raffe, y todos pensaron que estaba muerta. Me siento cohibida, me acomodo en el banco al lado de mi hermana.Uno de los hombres llega a tocar mi brazo. Tal vez quiere ver si estoy caliente como los vivos o fría como un muerto.Cara de mi hermana cambia instantáneamente de una hoja en blanco a un animal gruñendo mientras ella se aleja el brazo del hombre. Mostrando sus dientes de maquinilla de afeitar mientras se mueve, haciendo hincapié en la amenaza.Tan pronto como el hombre retrocede, ella vuelve a su expresión en blanco y postura de muñeca.El hombre mira fijamente, pasando la vista de una a la otra en busca de pistas a las preguntas que no puedo responder. Todos en el estacionamiento vieron lo que pasó, y todos también nos miran.

Bienvenidos al circo.

 

 

 

 

                   Segundo Capítulo 

Paige y yo estamos acostumbradas a mirar. Sólo quiero hacer caso omiso de ella mientras que Paige siempre sonríe a los curiosos desde su silla de ruedas. Ellos siempre le devolvían la sonrisa. El encanto de Paige era difícil de resistir.

 

Érase una vez.

 

Nuestra madre comienza hablar en lenguas. En este momento, ella me está mirando mientras canta, como si orara por mí. Los guturales sonidos casi-palabras procedentes de su garganta dominan el silencio de la multitud. Dejo en manos de Mama que añada una seria dosis de rochefort incluso en la humeante luz del día.

 

-“Muy bien, ahora vamos a salir", dice Obi en una voz fuerte. Es por lo menos seis pies de alto, de anchos hombros y un cuerpo musculoso, pero es su presencia imponente y con confianza lo que lo distingue como líder de la Resistencia. Observa y escucha mientras se pasea por los diversos camiones y SUVs, mirando como un verdadero jefe militar en una zona de guerra.

-Salgan de los camiones y entren en el edificio. Manténganse fuera del cielo abierto tanto como sea posible.

 

Esto rompe el estado de ánimo y las personas empiezan a saltar fuera de los camiones. La gente en nuestro camión se empuja entre ellos en su prisa por alejarse lo más posible de nosotros.

-Conductores- llama Obi. -Cuando los camiones se vacíen, muevan sus vehículos y estacionen cerca. Oculten el tráfico entre los muertos o en algún lugar que sea difícil de ver desde arriba.

Se pasea por el río de los refugiados y los soldados y ubica a la gente dando orden ya que de otra forma se perderían.

-Yo no quiero que den ninguna señal de que esta zona es ocupada. No hay nada que se pueda abandonar o arrojar dentro de una milla de radio.- Obi se detiene cuando ve a Dee y Dum permaneciendo lado a lado, mirando a todos.

-Señores- dice Obi. Dee sale de su trance y mira por encima a Obi.- Por favor, muestren a los nuevos reclutas dónde deben ir y qué deben hacer.

-Bien- comenta Dee, dando a Obi una pequeña sonrisa varonil como saludo.

- Novatos- llama Dum.- Quien no sabe lo que se supone que debe hacer, que nos siga.

-Den permiso, gente- dice Dee. Supongo que nos habla a nosotros. Me levanto automáticamente y llego hasta mi hermana, pero me paro antes de que me toque como si una parte de mí piensa que es un animal peligroso.

-Venga, Paige.

No estoy segura de lo que voy a hacer si no se mueve. Pero ella se levanta y me sigue. No sé si voy a acostumbrarme a verla posicionada sobre sus propias piernas. Mamá nos sigue también. Ella no deja de gritar, aunque, en todo caso, es más fuerte y más intenso que antes. Todos nos pasaron en el flujo de los recién llegados tras los gemelos.Dum camina hacia atrás, hablando con nosotras.

-Vamos a volver a la escuela secundaria donde nuestros instintos de supervivencia están en su máxima expresión.

-Si te dan ganas de pintar con graffiti las paredes o golpear a tu antiguo profesor de matemáticas-dice Dee -Hazlo cuando las aves no te puedan ver.

Caminamos por el principal edificio de adobe. Desde la calle, la escuela se ve aparentemente pequeña. Detrás del edificio principal, sin embargo, hay todo un campus de modernos edificios conectados por pasillos cubiertos.

-Si alguno de ustedes está lesionado, ocupe un asiento en esta excelente clase- Dee abre la puerta más cercana y analiza. Se trata de un aula con un esqueleto colgando de un stand- Los huesos te harán compañía a la espera del médico.

-Y si alguno de ustedes es un médico, dice Dum- Los pacientes están esperando.

- ¿Estos somos todos?- le pregunto.-¿Somos los únicos sobrevivientes?

Dee luce como Dum.

-¿Las niñas zombis hablan?

- Si son agradables y están dispuestas a hacer una pelea de barro zombie-chica.

-Tiooo. Excelente.

-Eso es una asquerosa imagen.-Yo les doy un vistazo pero me alegro de que este secreto sobre mí no les haga volver de entre los muertos.

-No es que nos gustaría recoger sus dientes cariados, Penryn. Sólo al igual que los tuyos, fresco de los muertos.

- Sólo con ropa rasgada y cosas.

-Y con hambre de enfrentamiento.

-El medio cerebro.

- Eso es exactamente lo que quería decir.

-¿Podría usted, por favor, responder a la pregunta? , le pregunta a un chico con gafas que están completamente libres de roturas. No le parece una broma de humor.

-"Correcto", dice Dee recibiendo miradas serias.- Este es nuestro punto de encuentro. Los demás se reunirán con nosotros aquí.

 

Seguimos caminando en el sol, y el chico de anteojos termina en la parte de atrás del grupo. Dum se asoma a Dee y susurran lo suficientemente fuerte para que los escuche.

-¿Qué cantidad deseas apostar a que ese chico será el primero en la fila en apostar por la pelea zombie-chica?- Ellos se sonríen y mueven las cejas como hacen en los otros países.

 

Los vientos de Octubre se filtran a través de mi blusa y no puedo dejar de mirar hacia arriba en el cielo nublado a un particular ángel con alas de murciélago con una forma cursi del sentido del humor.Coloco mi pie en el pasto y hecho un vistazo a lo lejos. La clase de ventanas están llenas de carteles y avisos acerca de los requisitos para el ingreso en la universidad. Aparece otra ventana con estantes estudiantiles de arte construidos con arcilla, madera, papel maché y figuras de todos colores y estilos ocupando cada pulgada de espacio en las estanterías.

Algunos de ellos son tan buenos que me da tristeza que estos jóvenes no vuelvan a hacer arte por un largo, largo tiempo. A medida que avanzamos a través de la escuela, los gemelos se cuidan de permanecer detrás de mi familia. Me vuelvo a caer, pensando que no es una mala idea que Paige se mantenga en la parte delantera donde puedo mantener un ojo sobre ella. Camina lento, como si ella no aprende aún a utilizar sus piernas. No estoy acostumbrada a ver como luce, y no puedo parar de mirar fijamente a las suturas crudas en todo su cuerpo que le hacen parecer una muñeca de vudú.

-¿Así que esto es tu hermana? , pregunta Dee en voz baja.

-Sí.

-¿Tu arriesgaste la vida por ella?

-Sí.

Los gemelos saben en modo automático como decir algo educadamente para que no parezca algo insultante.

-¿Su familia es la mejor?- le pregunto. Dee y Dum se miran y evalúan.

"Nah", dice Dee.

"No realmente", dice Dum al mismo tiempo.

 

Nuestro nuevo hogar es una clase de historia. Las paredes están llenas de los calendarios y carteles de la historia de la humanidad. Mesopotamia, la Gran Pirámide de Giza, el Imperio Otomano, la Dinastía Ming. Y la Muerte Negra. Mi profesor de historia dice que la muerte negra acabó con el treinta a sesenta por ciento de la población en Europa. Nos pidió que imagináramos lo que sería tener el sesenta por ciento de su mundo muerto. No me lo podía imaginar en ese momento.

Parecía tan irreal.

En un extraño contraste, dominando toda esta historia antigua en carteles hay una imagen de un astronauta en la luna creciente con el azul de la tierra detrás de él. Cada vez que veo la bola de color azul y blanco en el espacio, creo que debe ser el mundo más bello del universo.

 

Pero ahora parece irreal, demasiado.

 

Fuera, más camiones retumban en el aparcamiento. Yo voy hacia la ventana tal, como Mamá empiezo a empujar pupitres y sillas a un lado. Echo un vistazo y veo a uno de los gemelos y  con el aturdimiento de los recién llegados a la escuela como el Flautista de Hamelín . Detrás de mí, mi hermana dice: "Hambre."

 

Me endurece y todo tipo de fealdad en la bóveda está mi cabeza.Veo un reflejo de Paige en la ventana. En el borroso inframundo de la imagen, mira a mamá como cualquier otro niño esperando la cena. Pero en la torcida de cristal, su cabeza está distorsionada, aumenta y alarga la sutura de navaja injertado en los dientes.

 

Mamá se inclina y traza su cabello como si fuese un bebé.

 

Ella comienza a tararear su inquietante canción de disculpa.

 

 

                     Tercer Capítulo

 

 

Me asiento en una cuna en la esquina. Acostada con la espalda contra la pared, puedo ver toda la habitación a la luz de la luna. Mi hermana se encuentra en una cuna contra la pared enfrente de mí. Paige parece minúscula bajo su manta debajo están los carteles de larga-esta-vida en cifras históricas. Confucio, Florence Nightingale, Gandhi, Helen Keller, el Dalai Lama.

 

¿Habríamos lucido como ellos si no estuviéramos en el Mundo después?

 

Mi madre está sentada, con las piernas cruzadas por la cuna de Paige, tarareando la melodía. Hemos intentado traerle a mi hermana dos cosas que pudimos hacer llegar desde el enredo desorganizado en la cafetería que se supone que debe convertirse en una cocina en la mañana. Pero ella no puede solo alimentarse de la sopa enlatada o la proteína bar.

 

Quiero cambiar mi peso en el lienzo de la cuna, tratando de encontrar una posición donde la espada no apriete contra mis costillas. Si la llevo conmigo, es la mejor manera de mantener alejados a todos, para que no descubran que soy la única que puede levantarla. Lo último que necesito es tener que explicar cómo acabé con una espada de ángel. Dormir con un arma no tiene nada que ver con que mi hermana esté en la misma habitación. Nada en absoluto.

 

Tampoco tiene nada que ver con Raffe. No es que la espada es mi único recuerdo de mi tiempo con él. Tengo un montón de cortes y contusiones en me recuerdan a los días que pasé con mi enemigo ángel.Que probablemente nunca más volveré a ver. Hasta el momento, nadie ha preguntado por él. Supongo que es más común ya que su grupo se dividió en estos días.

 

He apagado el pensamiento y cierro mis ojos.

Mi hermana vuelve a gemir sobre mi madre.

-"Vuelve a dormir, Paige", digo. Para mi sorpresa, su respiración se relaja y se calma. Tomo una respiración profunda y cierro mis ojos.

 

Y la melodía de mi madre se desvanece en el olvido.

 

Tengo un sueño.

Estoy en el bosque, donde ocurrió la masacre. Me encuentro justo a las afueras del antiguo campamento de la resistencia en las que los soldados han muerto en el intento de defenderse a sí mismos contra los demonios. La sangre gotea desde las ramas y se oyen chasquidos en las hojas muertas como gotas de lluvia.

En mi sueño, ninguno de los organismos que deben estar aquí está aquí y no están aterrorizando a los soldados que se agrupaban espalda con espalda disparando sus rifles hacia afuera.

Es solo un claro goteo de sangre.

 

En el centro, esta Paige.

 

Viste un viejo vestido de flores, como las que llevaban las niñas colgadas en el árbol. Su pelo está empapado en sangre y por lo tanto también su vestido. No estoy seguro de que es más difícil de ver, la sangre o el hematoma sutura recorriendo su rostro. Ella levanta sus brazos hacia mí, como si se encuentran a la espera de mí a buscarla, a pesar de que ahora tiene siete años .Estoy bastante segura de que mi hermana no era parte de la masacre, pero aquí está.

En algún lugar de la selva, dice mi madre-"Mira en sus ojos. Son los mismos que siempre han sido."

Pero no puedo. No puedo mirarla. Sus ojos no son los mismos. Yo no puedo hacerlo.

Me giro y corro hacia ella. Las lágrimas cubren mi cara y llamo en el bosque a la niña que está detrás de mí.

-¡Paige!

 Mi voz se quiebra.

-Ya voy. Cúbrete. Allí estaré muy pronto.

Pero el único signo de mi hermana es el crujido de las hojas muertas como la nueva sombra de Paige que veo a través del bosque.

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